El Diálogo Sur-Norte

Hace 50 años, 27 naciones
de todo el mundo se reunieron en París para la Conferencia sobre Cooperación Económica Internacional.

Creando comisiones especiales sobre energía, materias primas, desarrollo y finanzas, la Conferencia marcó el punto álgido del llamado "Diálogo Norte-Sur", los debates de los años 70 que se propusieron reestructurar las relaciones entre las naciones liberadas del Sur y sus antiguos colonizadores del Norte.

Hoy, la relación económica entre el Sur y el Norte vuelve a estar sometida a fuertes tensiones. Las trampas de la deuda soberana drenan recursos vitales a los acreedores ricos del Norte. Se saquean los recursos naturales de los países pobres para satisfacer a las poblaciones del Norte. Las sanciones arman el sistema financiero para castigar a sus vecinos del Sur. Y los sistemas de "propiedad intelectual" defienden las ganancias del Norte de una respuesta del Sur a crisis como las pandemias virales y un clima que cambia rápidamente.

Sin embargo, hoy carecemos de un foro común que facilite el diálogo Norte-Sur que animó los debates de los años setenta. El resultado no es sólo el dominio sostenido de los intereses del Norte en el sistema económico internacional. Es también la ausencia de una visión común que motive a los aliados de la división Norte-Sur en su búsqueda de la cooperación económica, y la ausencia de un plan compartido para conseguirla.

El Diálogo Sur-Norte —organizado con ocasión de la Cumbre Unión Europea-Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños— ofrece el contexto ideal para reavivar, relanzar y rejuvenecer estos debates. A 50 años y 300 kilómetros del CIEC original, el nuevo diálogo invertirá los términos de su origen: dirigido desde el Sur para dictar los términos de la cooperación a sus vecinos del Norte.

Convocando a diputados, diplomáticos, académicos y líderes sociales a la Cumbre de los Pueblos —que se celebrará paralelamente a la Cumbre UE-CELAC de los días 17 y 18 de julio— el Diálogo Sur-Norte trazará el camino hacia un Nuevo Orden Económico Internacional adecuado a las necesidades de los pueblos trabajadores a través de esta brecha geopolítica cada vez más profunda.